La arquitectura gótica es la forma artística sobre la que se formó la definición del arte gotico, el estilo artístico comprendido entre el romanico y el renacimiento, que se desarrolló en Europa Occidentall —cristiandad latina— en la Baja Edad Media, desde finales del Siglo XII hasta el Siglo XV, aunque más allá de Italia las pervivencias góticas continuaron hasta los comienzos del siglo XVI.
La arquitectura gótica puso especial énfasis en la ligereza estructural y la iluminación de las naves del interior de los edificios. Surgió del románico pero acabó oponiéndose a los volúmenes masivos y a la escasa iluminación interior de sus iglesias. Se desarrolló fundamentalmente en la arquitectura religiosa (monasterios e iglesias), teniendo su mayor éxito en la construcción de grandes catedrales, secular tarea en que competían las ciudades rivales; aunque también tuvieron importancia la arquitectura civil (palacios, lonjas comerciales, ayuntamientos, universidades, hospitales y viviendas particulares de la nueva burguesia urbana) y la arquitectura militar (castillos y murallas urbanas).
Los dos elementos estructurales basicos de la arquitectura gótica son el arco apuntado u ojival y la boveda de cruceria, cuyos empujes, más verticales que el arco de medio punto, permiten una mejor distribución de las cargas y una altura muy superior. Además, la parte principal de estas son transmitidas desde las cubiertas directamente a contrafuertes exteriores al cuerpo central del edificio mediante arbotantes. El resultado deja a la mayor parte de los muros sin función sustentante (confiada a esbeltos pilares y baquetones), quedando la mayor parte de aquéllos libres para acoger una extraordinaria superficie de vanos ocupados por amplias vidrieras y rosetones que dejan paso a la luz.
La arquitectura gótica tuvo su origen en las regiones de Normandia e Isla de Francia, desde donde se difundió primero a todo el reino de Francia y posteriormente (ya a mediados del siglo XIII), sobre todo por la extensión del arte cisterciense y las rutas jacobeas, por el Sacro Imperio Romano germanico y los reinos cristianos del norte de España (que durante ese periodo de la Reconquista se estaban imponiendo a los musulmanes del sur). En Inglaterra penetró pronto el estilo francés, aunque adquirió un fuerte carácter nacional. A Italia llegó tarde, no tuvo mucha aceptación, y su impacto fue muy desigual en las distintas regiones, y muy pronto fue sustituido por el Renacimiento.
El medievalismo suscitado por el romanticismo y el nacionalismo del Siglo XIX hizo reelaborar como arquitectura historicista un neogotico que reproducía el lenguaje arquitectonico propio del estilo con formas más o menos genuinas, destacando la labor restauradora y reconstructora del francés Eugene Viollet-le-Duc.
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